Viajar a la Luna y el descubrimiento de América son los dos grandes hitos del Ser Humano. Todos tenemos en nuestra ideología, gracias a películas, series y documentales, cómo se llevaron a cabo, pero cuando empiezas a profundizar en ello y a darle forma, te das cuenta de la magnitud de ambas aventuras. No se puede coger el teléfono y conseguir fácilmente una nao del siglo XV y un módulo lunar en funcionamiento.

Recrear el satélite lunar, el Apolo XI, la sala de control de Cabo Cañaveral y todos los espectadores que estaban al tanto de la emisión, fue todo un reto. Hicieron falta meses de investigación y montaje, y la combinación perfecta de arte, estilismo y producción para clavar cada posición en la sala, cada gráfico, cada ordenador y cada uno de los trajes de los ingenieros y astronautas de la NASA. .

En el caso del descubrimiento de América, encontrar un barco de la época fue la piedra angular de esta producción. Conseguir una tripulación que, además de pilotar la nave, pudiera pasar por la de Cristóbal Colón era bastante complicado, ya que Steven Spielberg los estaba utilizando para su serie sobre Hernán Cortés. La previsión meteorológica, el uso de un dron en alta mar y que nadie del equipo ni del reparto se mareara no era nada comparado con todas las piedras que el covid-19 iba poniendo en el camino. Pero tanto como en el viaje a la Luna y en el descubrimiento de América, unas enormes ganas, una buena planificación y una buena dosis de suerte nos llevaron a buen puerto.